miércoles, 18 de abril de 2012

Partida de Donjon

El fin de semana pasado, coincidiendo con las festividades de Semana Santa, tuve la suerte de jugar mucho al rol. Entre las partidas habituales, con juegos habituales, tuve la suerte de probar como jugador Donjon, de la editorial conBarba. 




El modelo de partida que jugamos fue lo que podríamos decir una caricatura de los juegos de rol, repleta de tópicos roleros, en formato sajarraja, enemigos absurdos y muchas otras cosas que hicieron que fuese totalmente desternillante.


Preparando los pjs con la pantalla casera del DJ. Una pasada
El juego se lo recomendé a un amigo, que hizo de director, y mi objetivo era que empezase a probar esto de dirigir partidas con un sistema sencillo y divertido, que diese mucha libertad a la mesa, tanto por el tema de reglas como por un ambiente más relajado. En su momento hice una pequeñísima prueba de dirección del juego, y tengo por ahí preparada una partida de terror usando el mismo sistema que por azares de la vida no pude jugar este Halloween pasado. 


La edición con la que jugó el director fue la versión descargada de la web de conBarba. Por mi parte, lleve el primer libro que se pidió de la primera tirada impresa (Sí, fui el primero y me trataron genial, con ejemplar dedicado y todo :D. Gracias Fran!). El juego es lo que podríamos denominar indie, por su forma de jugar y de gestión de la mesa en la que los jugadores pueden modificar la historia.


La partida que jugamos fue desternillante y vertiginosa sin lugar a dudas. Aunque fue un poco complicado al principio por lo que podríamos llamar un máster novato y 2 jugadores de rol poco rodados, al final la sesión salió redonda y a la hora de partida ya nos dolía el pecho de tanta risa.


Cervezas, kikos y galletitas saladas. Complemento ideal para la partida
Donjon me gustó por la forma de desenvolverse tan sencilla que presenta. Y eso que por muy sencillo que sea, en las primeras partidas la toma de contacto siempre suele hacerse farragosa. Por suerte, el máster tenía una pantalla casera que nos ayudo bastante. Eso y las tablas que vienen al final del manual para facilitar la vida a los jugadores y al propio director.


Con respecto al juego, me quedé con las ganas de probarlo en una partida más seria. En lo que sería un mazmorreo de la vieja escuela, pero como dice en el título, con una vuelta de tuerca. Me parece que abre muchas puertas la facilidad con la que los jugadores pueden modificar el curso de la historia, y con buena predisposición por parte de los mismos se pueden llegar a dar situaciones bastante divertidas e interesantes. Una sesión en la que los jugadores modifiquen la historia con más ingenio que humor, y que el director haga lo propio puede dar mucho de sí.


Voy a intentar que esa sea mi próxima partida a este juego, como jugador o máster. En cualquier caso, el juego me ha enamorado y creo que me va a dar mucho de si.

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