domingo, 4 de marzo de 2012

Día del máster

Hoy 4 de marzo es el día del Máster. Hasta hace no mucho tiempo no tenía ni idea de que era eso, pero estar en el mundillo de los blogs de rol presenta una gran ventaja y es que siempre estás al día de todo lo que rodea esta afición. Como recoge la Wikipedia, hoy se cumplen 4 años del fallecimiento del señor Gary Gygax. Hoy es el día del rol, o del máster o de como se quiera llamar. 

La verdad es que nunca he sido un gran aficionado a Dungeons & Dragons (aunque últimamente me esté picando el gusanillo). Por otra parte, soy demasiado joven para haber conocido AD&D. En cualquier caso, si que procuro reconocerle al César lo que es del César, y hoy toca acordarse del creador del primer juego de rol allá por los años 70.

Para mucha, muchísima gente, este hombre es todo un icono, un héroe, un mesías incluso se podría decir. Consiguió innovar hasta tal punto de que hoy en día hay una variedad de títulos de rol casi incontable, miles de universos, de formas de jugar, de formas de hacer las cosas, y todo planteado desde una sencillez asombrosa, fruto de la cabeza de este hombre. Se usan dados, algo que lleva en la humanidad desde hace más de 2000 años, y se usan papel y lápiz. Hay pocas más sencillas que eso y ahí radica, en mi opinión, el éxito de los juegos de rol. El único límite que existe es la imaginación de los jugadores. 

Gary Gygax en Futurama. Uno mis capítulos favoritos
Realmente no tengo mucho más que decir sobre esta persona. No la pude conocer, y como ya digo, no he sido nunca muy fan de su trabajo ni de sus creaciones. Sin embargo, hay que darle las gracias por todo lo que han conseguido sus ideas. Por todos los buenos momentos de amigos reunidos alrededor de libros, pizzas y cervezas. Por esos resultados que te hacen levantarte de la silla gritando ¡lo he conseguido!¡tomaaa! mientras las risas y la emoción recorren la mesa de juego. Por toda esa imaginación y creatividad bien empleada. Por todo, muchas gracias señor Gygax. Que los dioses le protejan y el 20 esté siempre con usted, maese.

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